Porque ya sé que queréis.
sí, lo sé:
queréis que fracase,
que sea uno más
que me olvide de destacar
y me vuelva insignificante.
queréis que deje de hacerlo
para que empiece a intentarlo.
os escucho,
escondidos
al otro lado de la puerta
sin dar la cara
esperando a que la cague para que cuando abra podáis gritarme
con todas vuestras fuerzas
las tres palabras
más
llenas
de odio
que jamás pudieron llegar a existir:
«te lo dije.»
pero
¿sabéis qué?
podéis coger vuestras frases prefabricadas,
vuestro «no eres para tanto»,
vuestro «¿a cambio de qué?»
vuestro «no vas a llegar a nada»,
y mi favorito:
«no me fío de ti»
y os hacéis una papilla de resquemor y complejos
y le echáis azúcar
y os la coméis desde el umbral de vuestra inercia,
bajo la sombra alargada
de vuestros sueños por cumplir.
Cuanta verdad no.
Levantas una baldosa y te encontras con un montón de personas negativas.
Pero para eso estamos los valientes para ir hacia el objetivo, aunque tengamos el viento en contra.
Brillante!!!
Saludos!!
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