suben al coche en silencio
después de haberse gritado
durante horas
palabras mudas de sentido y sentimiento.
Los cipreses se besan a su paso,
mecidos por el viento;
el sol se pone celoso
porque ahora le toca a la luna
y ellos dejan atrás la ciudad y la tarde,
y la deriva les invade,
de nuevo,
oliendo a nostalgia y rutina.
las luces de neón se vuelven borrosas
por una mirada perdida que busca un hasta cuándo
sin haberse planteado,
siquiera,
el desde.
y las gotas de silencio
rebosan ya el vaso del tiempo
mientras uno calla
y el otro llora.
Puedes seguirme en Facebook.
En Instagram.
Y Twitter.
Fotografía: Inma Brisson.
Aplausos.
Me gustaMe gusta
Huele a gigi… (A la próxima, dale sentido)!
Me gustaMe gusta