El amor de tu vida (?).

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Espera, un momento. ¿El amor de tu vida? ¿Así, en singular? ¿En serio? De todas las relaciones que has tenido, ¿solo vas a quedarte con una? Tras tantos años regalando tu tiempo a otras personas, ¿solo te sirven las últimas horas de tu vida? Después de tantas risas, vivencias, ilusiones, peleas, viajes, lágrimas, polvos y despertares, ¿en serio crees que solo existe un amor de tu vida?

Una última preguntita y ya te dejo: ¿cuál ha sido el denominador común en todas las relaciones que has tenido? Una pista: está leyendo esto. Sí, tú eres el factor común. Tú eres quien ha disfrutado y sufrido cada momento a tu lado. Porque el amor de tu vida eres tú, que siempre has estado ahí para aguantarte en las malas y desconocerte en las peores, para reírte en las buenas y reconocerte en las mejores. Deberías cobrarte entrada, joder. Dicho esto, quédate un ratito más a jugar y te prometo que terminarás con una sonrisa.

Deberías cobrarte entrada, joder.

Existen tantos amores de tu vida como vidas te apetezca vivir. Plantéate una relación como un viaje y verás que hay sitios de los que nunca has regresado. Eso sí: o te vas de vacaciones o te vas de viaje. O te vas de mojitos todo incluido o te vas de aventura con nada garantizado. Si eliges lo primero probablemente te acabes quedando con lo superficial: qué bien se está al solete sin saber qué hay fuera del hotel. Está muy bien tumbarse a ver las vistas, pero estás perdiendo el tiempo. Entonces, ¿qué pasa con los aventureros?

O te vas de vacaciones o te vas de viaje.
O te vas con todo incluido o te vas sin nada garantizado.

Los que llevan toda su vida viajando acaban dándose cuenta de que pasar página cuesta, y no precisamente por no querer conocer la siguiente aventura, sino por no querer que acabe justo ese capítulo. Si metes a un aventurero en un hotel, acabas con él. Son estos, y no otros, los que se interesan por saber qué hay fuera de su zona de confort y, sobre todo, dentro del resto de aventureros. Son, en definitiva, los que morirían por conocer cada uno de nuestros rincones, sean oscuros, transparentes o tan brillantes que les haga entornar los ojos, pero nunca cerrarlos. Como buenos aventureros que son, adoran descubrirnos paso a paso y sin mapa.

Si metes un aventurero en un hotel, acabas con él.

Sin embargo, hay quien se esfuerza en estropear el recuerdo o, peor aún, lo acaba idealizando tanto como para pensar que nunca encontrará un lugar mejor. Que para pasar página primero hay que leerla lo sabemos todos. La cuestión es cuánto tardas en pasarla. Ya hemos visto que hay sitios de los que nunca se termina de volver, pero tengo buenas noticias para ti: si has llegado hasta aquí con una sonrisa en la boca y un par de recuerdos en forma de persona, significará que tú, en algún momento de tu vida, fuiste un aventurero.


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4 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Anónimo dice:

    me encanta…..Lo malo es querer ser un aventurero y quedarse en paseante…

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  2. anónima dice:

    Y si en lugar de llegar al final del artículo con una sonrisa he llegado con lágrimas en los ojos?

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  3. Anónimo dice:

    Yo tambien llegue al final, del relato totalmente de acuerdo ¿es asi? la vida dando tumbos vas aprendiendo..a golpes «casi» un beso..

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