Tú no sabes amar,
sabes a tierra,
a campo seco;
a rama y arena.
te pierdo como el polvo en un rayo de luz
y te vas con el rocío de la mañana.
me atrapas como una luna sola y lejana
y llegas como los atardeceres en octubre.
hueles a tarde lluviosa,
en la que una hora es más que una hora,
y suenas como un trueno asustado
al que le aterran las alturas.
y es que tú no sabes amar,
tú sabes a tierra.
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