no recuerdo nada como tú
desde que tengo uso de pasión.
qué manía con ser tú,
tan así,
justo ahora.
el verano te cubre de sal
y yo sonrío al (com)probar
que todo lo que te toca se vuelve
irremediablemente
dulce.
te pienso, luego insisto.
nunca aceptes un no por propuesta.
qué fácil rimar
ir
y
huir
cuando tú pones el ritmo.
qué bien queda la suerte en tu sonrisa.
y respirándonos en la boca,
pasando el tiempo y su prisa,
perdernos entre los pentagramas improvisados
que dicten los silencios entre nuestros besos.
mi fantasma favorito
nunca creyó en historias de miedo
donde el protagonista era yo;
ni necesitó más luz
para llegar al final del pasillo.
A mi fantasma favorito,
tan difícil de asustar,
le enterré lo mejor que pude
y yo mismo le di por muerto.
nosotros:
fin.(..)
fin.(..)
una estrella sin rumbo
me pidió una vez un deseo
«sigue mi órbita y verás
que la deriva tiene sentido»
solo el horizonte se creyó
aquella mentira,
pues ella era fugaz
y yo estaba de paso
(el amor se desmorona
y nuestro deseo se parte en dos).